El entorno económico internacional, en el cual se desarrolló la actividad económica durante el año 2019 se caracterizó por una desaceleración de la actividad económica mundial que el FMI estima en 0,7 puntos porcentuales, al pasar de una tasa de crecimiento del 3,6% en 2018 a 2,9% en 2019. Esta marcada deceleración del ritmo de crecimiento mundial se atribuye a un aumento de la incertidumbre en el comercio internacional derivado de la guerra comercial entre EE.UU y China, un aumento del proteccionismo y los desafíos geopolíticos.
La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía en 2019 fue casi simétrica entre las economías avanzadas y las emergentes, ambos con una desaceleración de 0,6 puntos porcentuales.
En el plano nacional, la economía siguió la senda de decrecimiento de la actividad económica
iniciada en 2014, motivada entre otros factores por:
- Una bajada de los precios de hidrocarburos: crudo (-10,2%), LNG (1,0%) propano y butano (-37,9%).
- Una reducción del gasto público en inversión en un 49,9%.
- Una apreciación del dólar americano frente al FCFA de 5,1%.